domingo, 23 de diciembre de 2012

El malhumor y el estrés

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Los malhumorados son personas que siempre están enojadas; que contestan mal aunque los traten bien, que elevan la voz cuando los contrarían, que desequilibran con su actitud a los que están tranquilos, que insultan a otros conductores cuando circulan con su auto y que se pelean por cualquier cosa.


Tienen mala onda y son pesimistas porque perciben el mundo como un lugar amenazante e inseguro.

Esa manera de ser puede tener un motivo oculto, que inclusive ellos mismos ignoran. Puede ser una herida narcisista, un gran dolor, una gran frustración o un enorme resentimiento que el paso de los años no logra curar.

Los malhumorados no pueden soportar las agresiones ni los rechazos y con esa actitud iracunda y hosca evitan el acercamiento y la eventual oportunidad de ser nuevamente heridos.

Viven a la defensiva porque creen que es la única forma de que los respeten; evitan las emociones, son incapaces de demostrar afecto y siempre tienen mala cara.

Se aferran a las rutinas para sentirse contenidos porque se dan cuenta que se van quedando solos, ya que cualquier relación es malograda por su permanente mal estado de ánimo.

Sin embargo, pueden ser personas que no siempre hayan sido malhumorados, que podían estar contentos, ser entusiastas, sensibles y sociables hasta que por alguna razón un día se convirtieron en seres amargados, tristes, negativos, irritables y desconsiderados.

Esta grave falla de carácter puede exponer a esas personas a enfermedades, porque en el fondo han perdido las ganas de vivir y la capacidad de ser felices.

No es raro que en cualquier momento puedan sufrir un ataque cardiaco, ya que el malhumor permanente, el alto grado de irritabilidad y las reacciones violentas, producen estrés, que es un importante factor de riesgo para enfermarse.

En primer lugar necesitan tomar conciencia que su forma de ser no es normal, que puede malograr las relaciones con su familia, sus compañeros de trabajo, o con sus empleados o clientes.

Si logran darse cuenta que necesitan ayuda psicológica y aceptan hacer una psicoterapia, su malhumor puede revertirse y permitirle comenzar una nueva vida volviendo a ser como antes.

Los viejos rencores sin elaborar emocionalmente pueden ser la causa profunda de estas fallas de carácter, pero también la poca tolerancia a la frustración y la incapacidad para aceptar las pérdidas.

El mal humor no sólo expresa enojo sino también depresión y tristeza.

El enojo es un mecanismo de defensa que surge ante la privación y se refuerza con las experiencias de frustración cotidianas, cuando fracasa el cumplimiento de las expectativas; y es probable que el malhumorado no haya podido adaptarse a situaciones difíciles y proyecte en los demás su rabia.

La tarea del psicólogo es indagar desde cuándo comenzó esa conducta para encontrar la causa de ese descontento, porque puede tratarse de personas que han tenido que asumir responsabilidades que los obligaron a renunciar a sus propios anhelos.

Algunos, ante los sentimientos de frustración adoptan conductas autodestructivas y odian a todo el mundo a su alrededor por estar haciendo algo que no desean, deprimiéndose por haber perdido el sentido de su vida pero sin poder hacer nada para remediarlo.

El cambio siempre dependerá de ellos mismos ya que nunca es tarde para realizarse como persona individual y única; pero estos pacientes necesitan apoyo para poder comenzar a encarar la vida de otra forma, porque están convencidos que sus problemas no tienen solución y sin embargo, siempre hay una salida. Porque cuando cambiamos, también cambia todo a nuestro alrededor, creándose las condiciones necesarias para que ese cambio comience a dar sus frutos.

La mejor forma de cambiar este mal estado de ánimo es incorporar a la vida sensaciones de bienestar, tanto físicas como mentales, emocionales, sociales y espirituales.

Fuente:”La salud emocional” y “Por qué nos enfermamos”, Lic. Alicia López Blanco.

Mecanismos de defensa

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Freud determinó los mecanismos de defensa, como las técnicas del inconsciente, encargadas de minimizar las consecuencias de eventos demasiado intenso, para que el individuo pueda continuar con sus funciones. Dichos mecanismos de defensa, permiten el mantenimiento del balance psicológico.



Los mecanismos de defensa, son mecanismos inconscientes que se encargan de minimizar las consecuencias de un evento demasiado intenso, para que el individuo pueda seguir funcionando normalmente.

El individuo está compuesto por una serie de fuerzas que deben mantenerse en equilibrio, como las características instintivas, las genéticas, los factores del desarrollo (medio ambiente, formación, experiencia). Una de las maneras de resguardar este equilibrio es mediante los mecanismos de defensa.

Entre los mecanismos de defensa se incluyen: la condensación, el desplazamiento, la disociación, la formación reactiva, la negación, la proyección, la racionalización, la represión, la sublimación, la regresión, el aislamiento.

Los mecanismos de defensa:

Sublimación:
El impulso se canaliza hacia una forma más aceptable, es derivada hacia un nuevo fin. Una pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos valorados socialmente, como la actividad artística y la investigación intelectual. Por ejemplo, el deseo de un niño por la exhibición, puede sublimarse mediante una carrera en el teatro.

Represión:
Es el mecanismo por el cual el inconsciente borra eventos y pensamientos que serían dolorosos si se mantuvieran en el nivel conciente. Por ejemplo, el olvido del cumpleaños de un familiar fallecido.

Proyección:
Los sentimientos o ideas estresantes, son proyectados hacia otras personas u objetos cercanos.

Negación:
Es el mecanismo por el cual el sujeto trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran.

Introyección:
Es el mecanismo por el cual una persona incorpora elementos de la personalidad de otra.

Regresión:
Es un mecanismo que lleva a retomar el nivel de desarrollo anterior, más infantil. Por ejemplo, el comportamiento de los niños cuando nace un hermano (chuparse el dedo, orinarse, etc.).

Formación reactiva:
Detiene la aparición de un pensamiento doloroso, sustituyéndolo por otro más agradable.

Aislamiento:
Es un mecanismo por el cual se divorcian los recuerdos de los sentimientos, como manera de soportar los hechos.

Desplazamiento:
Es un mecanismo por el cual, se desprende un hecho o persona de los sentimientos asociados, y éstos son adjudicados a otro hecho o persona. Es lo que suele suceder con las personas que desquitan sus frustraciones con sus mascotas.

Condensación:
Es un mecanismo por el cual, elementos del inconsciente se reúnen en una sola imagen u objeto. Consiste en la concentración de varios significados en un único símbolo.

Racionalización:
Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable.

Resultado de los mecanismos de defensa:

Los mecanismos de defensa nos permiten mantener el balance psicológico.

Cuando estas técnicas no son suficientes, se experimentan desequilibrios como estrés y respuestas neuróticas como ansiedad y/o depresión, que frecuentemente son acompañadas por disfunciones biológicas, pérdida de sueño o apetito, enfermedades psicosomáticas como úlceras, etc. También pueden presentarse otras conductas más graves como el suicidio y los trastornos delirantes. Estos son mecanismos de defensa propios de trastornos como el delirio, la esquizofrenia, los trastornos de personalidad.


Publicación original en: http://www.apuntesdepsicologia.com

Egolatría


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La egolatría es un sentimiento muy ligado a la sobrevaloración de las cualidades de uno mismo y a la firme creencia de estar por encima de todos y cada uno del resto de los mortales…


La egolatría es puro egoísmo, y nos incita a creer que los demás no prodrían arreglárselas sin nosotros: el ególatra no ve más allá de sí mismo… se cree un genio capaz de llevar a buen puerto cualquier proyecto que se proponga… ya sea convertirse en un actor irresistible, un artista divino o un militar invencible…

Los egocéntricos presentan actitudes y conductas arrogantes, imperiosas, pedantes y altaneras

Quien profesa la egolatría practica un culto, una adoración y un amor excesivo de sí mismo. En psicología, el egocentrismo es una exaltación de la propia personalidad, auto-considerándose como centro de la atención de los demás. El egocéntrico o la egocéntrica, atiende desmedidamente sus propios intereses antes que ocuparse de terceros, si es que lo hace.

El problema fundamental que sufren los ególatras es que miran la realidad a través del cristal de la propia “infalibilidad”. Para ellos, los demás deben aceptar sus puntos de vista y generalmente no aceptan estar equivocados. Tienen una marcada tendencia a menospreciar a las personas y son hipercríticos de quien piense o actúe diferente a su forma de comportarse. Sus opiniones y sus intereses son lo más importante en la vida y todos los seres que le rodean deben supeditarse a ellos.

Más que personas provistas de una necesaria y adecuada autoestima, los egocéntricos manifiestan una exagera grandiosidad y pretenden considerarse  admirados al menos, cuando no adulados. Esta circunstancia los hace vulnerables, porque los aduladores pronto se dan cuenta que una forma de manipular a los ególatras es sugiriéndole ideas como si fueran sus propios pensamientos.

Pensando que nunca pifian y siempre tienen  la razón, no son aptos para profundas reflexiones y no escuchan lo que se les dice o advierte. Por ello, cometen graves errores a lo largo de su vida y poco a poco, de grandilocuentes se van quedando solitarios, conviviendo con su propia “grandeza” y algunas fantasías de supuestos éxitos, de poder o de excepcionalidad.

En las relaciones personales, los egocéntricos o egocéntricas se comportan como aprovechadores. Sus cónyuges, hijos y entornos íntimos deben subyugar sus proyectos de vidas a ellos. Igual ocurre en el ámbito laboral, siempre usarán a los demás para alcanzar sus propósitos.

Cuando cometen evidentes faltas o un traspié, no lo reconocerán y ante los comentarios dirán que los envidian. Así construirán una “realidad” de perfección donde los otros tendrán la culpa de sus desatinos.

Al ser “especiales” y “únicos” presentan actitudes y conductas arrogantes, imperiosas, pedantes y altaneras.

La terapia conductual en grupo es una alternativa para estos casos porque les permite reconocer los problemas de otros y coadyuvar en su solución. Además comienzan a escuchar a las personas en lugar de hablar todo el tiempo de sí mismos. La dificultad radica en que el egocéntrico o la egocéntrica en muy contadas ocasiones aceptarán acudir por ayuda porque quienes se lo propongan. nunca tendrán la razón.


Escrito por
Lcda. Yuri Henríquez

El Trastorno Bipolar

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Las personas bipolares sufren períodos de profunda tristeza y depresión así como episodios de alegría y euforia


El Trastorno Afectivo Bipolar afecta el estado de ánimo y el comportamiento de las personas con períodos depresivos, de profunda tristeza, episodios maníacos de alegría, euforia e hiperactividad y fases de irritabilidad, de acuerdo al Manuel Diagnóstico (DSM-IV-TR). Aunque en su tratamiento ayuda la terapia psicológica, su causa es un desequilibrio químico en el cerebro por lo que su alternativa curativa tiene que ser farmacológica.

Algunos autores reconocen distintos tipos de trastornos afectivos bipolares, hasta el presente el DSM cita cuatro: Trastorno Bipolar tipo I, Trastorno Bipolar tipo II, Ciclotimia y Trastorno Bipolar no clasificado.

El de tipo I, las personas experimentan episodios maníacos con o sin fases depresivas. El de tipo II se caracteriza por episodios de euforia pero con por lo menos algún episodio de depresión. Es difícil de diagnosticar porque la euforia no llega a la fase maníaca. La Ciclotimia, alterna el comportamiento de la euforia con la tristeza. Los demás trastornos bipolares entran en la cuarta categoría.

En la fase depresiva las personas sienten pesimismo, sensación de vació, sentimientos de culpa, de desesperanza, problemas para trabajar, tomar decisiones, insomnio, perdida o por el contrario aumento de peso, tristeza, ansiedad y desesperación.

En los períodos maníacos la persona que sufre el trastorno tiende a presentar una autoestima exagerada, a hablar sin parar, aumenta su deseo sexual, se muestra eufórico en su manera de ser, lo cual lo lleva a sensaciones de grandeza, a amenazar a otros, a ser hostil y a conductas inesperadas. También, exterioriza una gran irritabilidad, ausencia de buen juicio y comportamientos exaltados e inapropiados en público.

Cómo es un trastorno fisiológico más que psicológico requiere tratamiento bioquímico a través de fármacos. Es una enfermedad crónica que acompañará a la persona toda su vida por lo que la medicación igualmente será permanente. La dosificación es complicada por lo que requiere asistencia psiquiátrica constante dependiendo la fase en la cual se encuentre el paciente dado que un antidepresivo en exceso lo puede sacar de la depresión y provocar la fase maníaca y viceversa. Se usan antidepresivos, eutimizantes como el litio, antipsicóticos, tranquilizantes y antiepilépticos.

Entre los personajes famosos que sufrieron el Trastorno Afectivo Bipolar figuran: Abraham Lincoln, Balzac, Máximo Gorki, Hemingway, Hermann Hesse, Mark Twain, Dickens, Edgar Allan Poe, Tim Burton, Paúl Gauguin, Winston Churchil, Walt Whitman, Mozart, Vincent van Gogh y Francis Ford Coppola.


Publicado en: http://www.psicologiaparatodos.com

domingo, 16 de diciembre de 2012

Observaciones curiosas acerca de la siesta


Incluso las siestas de escasos diez minutos de sueño nos proveen grandes beneficios psicológicos disminuyendo la fatiga y mejorando la concentración. Pero... ¿tienen idénticos resultados una siesta en la silla de la oficina con la cabeza apoyada sobre el escritorio o la siesta donde adoptamos una posición horizontal?

Para responder a esta pregunta 30 estudiantes que estaban acostumbrados a tomar sus respectivas siestas diarias formaron parte del experimento.

Vale aclarar que este no es el primer estudio de su tipo, anteriormente otras investigaciones habían concluido que cuanto más nos reclinemos y asumamos la posición horizontal, más reparadora será la siesta. Ahora Zhao vuelve a la carga para revalorar estos resultados.

Los participantes en el experimento realizaron una tarea auditiva donde debían escuchar una cadena de tonos y mantenerse atentos a un pitido particular, señalando cada vez que escuchasen el mismo. Después de esta prueba todos almorzaron y posteriormente el grupo fue dividido en tres subgrupos:

1. Aquellos que tomaron una siesta de 20 minutos adoptando una posición totalmente horizontal.

2. Aquellos que tomaron una siesta de 20 minutos recostados en el escritorio, con almohada añadida para propiciar cierto grado de confort.

3. Aquellos que se mantuvieron sentados tranquilamente en la silla, apoyando la cabeza en el respaldo de la misma pero sin dormir.

Después de la siesta los participantes repitieron la tarea auditiva. Durante todo este tiempo la actividad cerebral de las personas fue monitoreada a través de electrodos ubicados en su cráneo. Zhao y su equipo estaban particularmente interesados en las ondas cerebrales P300, aquellas que brindan una idea sobre el nivel de alerta de las personas.

Como podrán presuponer, las personas que durmieron la siesta se mostraron de mejor humor, más alertas y puntuaron mejor en la tarea auditiva. Sin embargo, no todo es lo que parece, el funcionamiento cerebral de las personas que habían dormido recostadas hacia delante en sus escritorios no era diferente del funcionamiento cerebral de las personas que simplemente habían descansado pero sin llegar a dormirse. Únicamente aquellos que durmieron en posición horizontal mostraron un aumento en la amplitud de las ondas P300, indicando así un aumento de la activación cortical.

Las conclusiones para los investigadores son muy sencillas: dormir la siesta, sea cual sea la posición que se adopte, acarrea beneficios para nuestro rendimiento y mejora nuestra eficacia pero si podemos elegir, entonces es preferible dormir en posición horizontal ;-)


Fuente:
Zhao, D. et. Al. (2010) Effects of physical positions on sleep architectures and post-nap functions among habitual nappers. Biological Psychology; 83 (3): 207-213.

Paruresis: El miedo a orinar


Probablemente nunca hayas escuchado la palabra paruresis pero quizás en algún momento has sido víctima de este problema, más conocido popularmente como el síndrome de la vejiga tímida o como retención urinaria psicogénica, en los círculos científicos . Si bien las estadísticas no son del todo certeras ya que no todas las personas que lo sufren acuden al especialista, se estima que en los EUA uno cada diez hombres padece de paruresis. Recientemente la Asociación Internacional de Pauresis brindó algunas cifras aproximativas en las cuales alrededor del 7% de las personas a nivel mundial (aproximadamente 17 millones) sufriría este trastorno.

El término paruresis fue acuñado en la década del ’50 por Williams y Degenhart cuando a partir de una encuesta realizada a un total de 1 419 estudiantes descubrieron que el 14.4% de ellos había experimentado dificultades al orinar de forma puntual o continua.

Pero… ¿en qué consiste la paruresis?

Es un tipo de fobia social (si bien debe puntualizarse que esta categoría no es aceptada por todos los especialistas) donde la persona es incapaz de orinar si siente que está siendo observada por otros, ya sea real o no y aunque también afecta a las féminas, es mucho más común entre los hombres. Vale aclarar que si bien es “normal” presentar episodios aislados de ansiedad al orinar cuando otras personas están mirando, la paruresis va más allá de una simple vergüenza o embarazo para convertirse en un verdadero miedo a la exposición llegando en ocasiones a convertirse en una obsesión que les permite orinar solamente en su hogar, y a veces solo a través del uso de un catéter.

La forma más común de lidiar con la paruresis es evitar los baños públicos, retener la orina o no ingerir líquidos cuando no se puede acceder al baño propio. No obstante, en los casos más severos las personas se niegan a moverse más allá de las cercanías de su hogar e incluso rechazan el contacto íntimo o las relaciones de pareja pues la sola idea de que alguien los escuche les resulta insoportable.

Normalmente este trastorno inicia en la adolescencia pero también puede hacer su aparición en cualquier edad. Algunos especialistas abogan por la existencia de un trauma relacionado o acaecido en los baños públicos, de forma que la próxima vez que la persona va al baño, anticipa o revive la experiencia negativa y confronta la dificultad para relajarse y poder orinar. Esta incapacidad para orinar va generando cierto grado de tensión que a la larga crea un círculo vicioso del cual es difícil salir.

No obstante, lo cierto es que la causa de la pauresis continua siendo un misterio; si bien existen algunas evidencias de que el trastorno podría ser hereditario.

Algunos especialistas han llegado a asilar ciertas características de personalidad como: la no asertividad, la elevada sensibilidad ante la opinión de los otros y la sensación de ser inadecuados.

¿Cuáles son los síntomas de la paruresis?

En los casos más graves de paruresis las personas sufren una gran ansiedad, palpitaciones cardiacas, sudoraciones, temblores, mareos e incluso desmayos. Como síntomas secundarios pueden citarse la vergüenza, la humillación, el aislamiento y la depresión.

¿Cómo se trata la paruresis?

Inicialmente las personas que sufren de paruresis visitan al urólogo en la búsqueda de algún problema fisiológico pero posteriormente deben someterse a tratamiento psicológico. Como es de suponer, dentro de las terapias psicológicas para tratar la paruresis la exposición gradual es aquella que ofrece mejores resultados, como en la mayoría de las fobias. En otras palabras, se entrena a la persona para que sea capaz de exponerse gradualmente a los baños públicos controlando su ansiedad hasta que pueda manejarla del todo.

No obstante, también se utiliza la terapia medicamentosa y la hipnosis; si bien debido a las pocas investigaciones existentes sobre esta patología, no puede hablarse de un tratamiento más eficiente en comparación con los otros.


Fuente:
Kessler, R.C.; Stein, M.B. & Berglund, P. (1998) Social phobia subtypes in the national comorbidity survey.American Journal of Psychiatry; 155: 613-619.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Soñar con los ojos abiertos: ¿Es útil?


¿Te ha sucedido en alguna ocasión que estás leyendo un libro o viendo un filme y de pronto te quedas “en las nubes”? Es un estado de desconexión en el cual estamos tan ensimismados en nuestras ideas y pensamientos que nos alejamos del mundo exterior y nuestro nivel de percepción disminuye. En fin, vivimos un verdadero trance cotidiano o quizás otros desean llamarle: “soñar con los ojos abiertos” mientras que los adictos a la tecnología lo suelen conocer como: “quedarse en stand by”.


Pues bien, lo cierto es que los estudiosos del tema afirman que hay personas que pueden pasarse alrededor del 30% de su jornada soñando despiertos (particularmente el número me resulta un tanto elevado pero eso es lo que tienen las estadísticas).

No obstante, a corroborar estas cifras viene una investigación realizada recientemente por los psicólogos Erickson y Rossi. En el estudio en cuestión se demuestra que en los estados donde se sueña despierto las personas viven verdaderos estados de trance hipnótico natural caracterizados por una elevadísima presencia de ondas alfa y theta. Pero lo más interesante es que estos estados son muy útiles ya que permiten que la mente descanse y facilita la creación de un nuevo orden mental.

Así, este estado de trance cotidiano sería una especie de “red neuronal que se activa por defecto”. Es decir, se activa cuando estamos inmersos en una actividad particularmente sencilla y poco importante de la cual muchas veces deseamos escapar.

En la actualidad se reconocen fundamentalmente dos formas de “construir castillos en el aire”:

1. Positiva-constructiva: que incluye el pensamiento positivo, constructivo y creativo.

2. Pensamiento disfórico: donde aparecen las rumiaciones y es como si el pensamiento se adueñase de nuestra voluntad, creando sensaciones desagradables y molestas.

Curiosamente, un estudio realizado en el año 2009 por Kane y McVay, demostró que tenemos una tendencia al pensamiento disfórico cuando estamos inmersos en un contexto caótico, vivimos una situación particularmente estresante, tenemos sueño o estamos aburridos. Al contrario, tendemos a soñar con los ojos abiertos de forma constructiva cuando estamos desarrollando una actividad agradable.

En este punto la línea a seguir es muy clara: soñar con los ojos despiertos es positivo porque favorece un nuevo orden mental y nos permite descansar pero tenemos que estar particularmente vigilantes a los pensamientos negativos, para lo cual bastará subir la guardia cuando estamos en contextos poco placenteros. De esta forma podemos obtener solo los beneficios de estos estados de trance cotidianos.


Fuentes:
Kane, M.; McVay, J. C. & Kwapil, T. R. (2009) Tracking the train of thought from the laboratory into everyday life: An experience-sampling study of mind wandering across controlled and ecological contexts. Psychonomic Bulletin & Review; 16(5): 857-863.
Erickson, M. H. & Rossi, E. L. (1977) Autohypnotic experiences. American Journal of Clinical Hypnosis; 20(1): 36-54.

La Psicología de las Fotos: ¿Cómo incide en nuestras decisiones?


Son muchos los factores del entorno que afectan nuestro comportamiento y ni siquiera nos percatamos de ellos. Por ejemplo, curiosas investigaciones han demostrado que un maletín, en lugar de una mochila, en una mesa, hace que las personas se comporten de manera más competitiva. Un póster con un par de ojos observándonos incita a las personas a usar la caja de honestidad. Una imagen donde se muestra una muñeca aumenta las probabilidades de que los niños pequeños ayuden a las personas adultas a recoger el desorden. Y la lista continúa…


Ahora Mark Rubin, investigador de la Universidad de Newcastle, ha añadido un nuevo ejemplo a los determinantes “inconscientes” de nuestro comportamiento. En su estudio demuestra que las imágenes en compañía no sólo incrementan las posibilidades de brindar ayuda sino también de solicitarla.

Más de un centenar de estudiantes indicaron su tendencia general a buscar ayuda o, al contrario, a hacer las cosas por su cuenta. A continuación se les mostró una fotografía de dos personas de pie que caminaban lado a lado por un pasillo (un hombre y una mujer o una mujer y un niño) y se les pidió que imaginasen por un momento que eran la mujer en la imagen que aparece a la izquierda o el niño, en la imagen que aparece a la derecha.


Luego se le realizaron nuevamente una serie de preguntas a los participantes donde se valoraba su tendencia a brindar ayuda o a solicitarla para completar un informe semestral que (hipotéticamente) les solicitaba la escuela. Y resulto que la sutil diferencia de si las personas tenían o no la mano tomada fue trascendental.

Los participantes que habían visto la foto en la que las dos personas estaban tomadas de la mano eran mucho más propensos a buscar y brindar ayuda, en comparación con quienes habían visto la otra foto.

Obviamente, el experimento deberá repetirse con una muestra mayor y en diferentes entornos pero los resultados son muy interesantes ya que indican que las señales de afiliación tan sencillas como una fotografía, pueden incentivar una conducta pro-social. Sin lugar a dudas un resultado muy relevante para una simple foto.


Fuente:
Rubin, M. (2011) Social affiliation cues prime help-seeking intentions. Canadian Journal of Behavioural Science; 43 (2): 138-141.

Los secretos nos agotan físicamente



Metafóricamente hablando, solemos referirnos a los secretos como pesados fardos que debemos llevar sobre nuestras espaldas durante algún tiempo o, en ocasiones, por toda la vida. Sin embargo, ahora nuevos estudios indican que realmente los secretos afectan nuestras percepciones y acciones convirtiéndose en verdaderas cargas.


Un primer estudio se realizó reclutando voluntarios online. A algunos se les pidió que contaran un gran secreto mientras a otros se les pidió que revelaran un secreto nimio. Posteriormente, todos debían evaluar cuán difícil de subir sería una montaña que aparecía en una imagen. Como ya podrán presuponer, las personas que recordaron un gran secreto imaginaron que sería más difícil escalar la montaña, justo como si debieran llevar un gran peso que les dificultara la subida.

Un segundo estudio arrojó resultados bastante singulares. En esta ocasión se reclutaron a 36 personas. Al igual que en el experimento anterior, a la mitad de los participantes se les pidió que recordaran un secreto sin importancia mientras al resto se les pidió que trajeran a su memoria un secreto importante. A continuación, cada persona debía tirar una pelota.

Esta vez, quienes recordaron un secreto importante tiraron la pelota más lejos, como si deseasen alejar de sí lo más posible el recuerdo que les habían hecho evocar. De hecho, no es la primera vez que en el mundo de la Psicología se relaciona el compromiso emocional y la distancia física. De hecho, ya se conocía que mientras más comprometidos estamos en una situación, menos somos capaces de estimar las distancias físicas.

En un último experimento, estos investigadores reclutaron a 40 personas que le habían sido infieles recientemente a sus parejas y les pidieron que indicaran en una escala cuán pesadas les resultaban una serie de tareas cotidianas como subir unas escaleras con las compras en la mano.

Una vez más, se apreció que quienes habían reconocido que su comportamiento infiel era un secreto molesto y recurrente en sus mentes, puntuaban las actividades cotidianas como más agotadoras.

En este punto no quedan dudas de que los secretos suponen un pesado fardo mental que termina por agotarnos física y psicológicamente. Por eso cualquier actividad nos resulta más agotadora de lo común. Por supuesto, la solución para deshacernos de esta carga sería bastante sencilla: contar el secreto.


Fuente:
Slepian, M., Masicampo, E., Toosi, N., and Ambady, N. (2012) The Physical Burdens of Secrecy. Journal of Experimental Psychology.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Asertividad



Empezando por definir la asertividad, podemos decir que es la capacidad o habilidad de expresar nuestras ideas y emociones (nuestra posición sobre un tema o situación) sin necesidad de agredir a los demás, ni de sentirnos agredidos. Es un herramientas muy utilizada dentro del repertorio de las habilidades sociales y suele ir muy vinculada a la empatía.

Dicho así, parece fácil.Veamos algunos ejemplos prácticos y su nivel de complejidad:
En cada caso, ¿qué haces? ¿no le das importancia y no dices nada o expresas tu disconformidad? 
1- Cuando pagas en una tienda y te devuelven dos o tres céntimos de menos. 
2- Cuando una persona mayor se cuela en la cola del supermercado descaradamente.
3- Cuando vas a comer a un restaurante y pides la carne (por ejemplo) al punto, y te la traen muy hecha.
4- Cuando tu pareja te pide que vayas a comprar, pero ese día no tienes ningunas ganas.
5- Cuando en el trabajo alguien se atribuye el mérito de un trabajo te cae una bronca por algo que no es tu responsabilidad.
6- Si un amigo te pide que le dejes tu coche, pero tu sabes que va a volver con algún desperfecto y no quieres dejárselo. 

Si te parece que se repite con más frecuencia la respuesta del tipo "no le doy importancia", "siempre depende de la situación", "nadie me va a escuchar", "no sirve de nada quejarse", "no voy a dar la nota, siendo yo la que me queje", quizás deberías pensar que no eres una persona muy asertiva.

Pero la pregunta es: ¿y eso es malo? como muchas cuestiones en psicología no son ni buenas ni malas, sino que depende de cómo te haga sentir a ti.

La asertividad es una herramienta que se utiliza para poder hacer frente a situaciones sociales en las que uno se siente amenazado, cuando invaden su espacio, su dignidad, su persona. Ante esta amenaza hay diferentes formas de reaccionar que varian en una escala donde sus extremos son la agresividad o la pasividad. Diríamos que el punto medio es la asertividad.

La asertividad nos servirá para expresarnos de forma directa, sincera y sin necesidad de agredir al otro, en situaciones incómodas, o que realmente vulneran nuestra integridad. Hay varios aspectos que se tienen en cuenta para poder expresarse de forma asertiva:
- Es muy útil utilizar alguna de las técnicas asertivas como el disco rayado, la claudicación simulada u otras, porque te posiciona en una respuesta clara y te facilita defender esa posición sin agredir al otro.
- Si se reconoce la parte de razón que tiene el otro, aunque se mantenga la propia posición respecto a un asunto, la otra persona reaccionará positivamente, reduciendo el nivel de agresión.
- Si el nivel de agresión no disminuye, nuestras creencias, prejuicios, valores deben ser firmes y respaldar las ideas que todos podemos equivocarnos, que tenemos derecho a cambiar de opinión, que nuestra opinión es importante y debemos expresarla adecuadamente, que nadie debe considerarse con derecho a humillarnos, que tenemos derecho a decir no, que tenemos derecho a pedir ayuda, que nuestro tiempo es tan valioso como el de los demás, tenemos derecho a no sentirnos culpables
- Hay que tener en cuenta que tenemos derecho a elegir si queremos ser asertivos o no.

¿Sabéis con que emoción conecta la asertividad?


Autor: Lic. Emma Bakery
Licenciada en Psicología, formadora, terapeuta. Colegiada Nº9614.

Ayudar tiene un límite




A todos nos gusta ayudar y también que nos ayuden si lo necesitamos.


Muchos están dispuestos a emigrar a países que sufren grandes catástrofes para ayudar; y hasta a quedarse a vivir en lugares inhóspitos donde abundan las necesidades insatisfechas, para ayudar.

La Madre Teresa de Calcuta fue una gran samaritana que consagró su vida a los desposeídos que morían en las calles de la India por ser parias, sin tener un lugar para vivir ni para morir.

Ella, contrariando la voluntad de sus superiores eclesiásticos, fundó una nueva orden en la India dedicada a la atención de los moribundos. Finalmente logró sus propósitos y su orden fue reconocida por el Vaticano.

Existe mucha gente que se dedica a obras de caridad, trabajando como voluntarios en fundaciones, cooperadoras, salas de primeros auxilios, atención para jóvenes embarazadas, etc.

Se presentan a esas instituciones muchos interesados para trabajar como voluntarios, pero en general no duran mucho y al poco tiempo abandonan.

Por esta razón es difícil mantener estas organizaciones con personal sin sueldo.

Creo que no se necesita ir a la India ni a África para ayudar al prójimo. Lo más conveniente, si se desea ayudar, es apoyando y sosteniendo a los que tenemos más cerca que necesitan de nuestra ayuda.

Es muy fácil, sólo requiere prestar atención a las necesidades de las personas que conocemos y que decimos que queremos.

A veces resulta difícil ayudar a un familiar enfermo o necesitado debido a antiguas querellas o resentimientos, sin saber que es la oportunidad que tenemos de reconciliarnos y quedar limpios de culpas.

Ayudar al prójimo es una necesidad interior que todos tenemos, sólo tiene que aflorar en el momento que realmente se requiere nuestra ayuda, no en otro.

Cada vacío externo que observamos a nuestro alrededor nos está indicando que requiere nuestra intervención o por lo menos tomar conciencia de esa falta para hacer algo, cualquier cosa, lo que esté a nuestro alcance, lo que podemos y no otra cosa, menos resistirnos ignorando la situación y mirar para otro lado.

Ayudar tiene un límite, el de nuestras propias fuerzas y capacidades. Porque es inútil tratar de ayudar haciendo cosas que no nos agradan. Lo mejor es dar lo mejor de nosotros mismos con placer, para que los demás tengan la posibilidad de compartirlo.

Ayudar es curar, alimentar, acompañar, vestir, enseñar, trabajar, cuidar, proteger, atender, escuchar, entender, comprender, educar, sostener, alentar, sonreír y apoyar.

Ayudar nos proporciona felicidad y satisfacción y mejora nuestro estado de ánimo y nuestra salud. 

No se trata de dar lo que nos sobra sino de dar lo que mejor tenemos para dar, lo que nos gusta hacer y lo que nos ayuda a nosotros mismos a cumplir con nuestro propósito.

Porque para dar es necesario estar bien con uno mismo, perfectamente dispuesto y equilibrado, para no abandonar nuestra misión en la mitad del río con el caballo cansado.

Intuición

Se dice que por medio de la intuición podemos encontrar los códigos genéticos de la "Divina Providencia".


Es una sensación, se capta, se percibe consciente o inconscientemente sin la participación del pensamiento. Algo se anticipa que va a suceder o aconteció, pero no entendemos por qué estamos al tanto. La intuición tiene que ver con los instintos. En los animales la vida es instintiva, espontánea, básicamente impensada. Las respuestas ante el peligro o el ataque son impulsivas, pero el animal intuye generalmente cuando es una trampa. Presiente y sospecha cuáles alimentos pueden ser venenos y su especie sobrevive gracias a los instintos.

En el ser humano, el pensamiento, el lenguaje, la comunicación y la cultura transmitida nos hacen actuar de acuerdo a normas. Por ello, a la especie humana sólo le quedarían los instintos de conservación y de reproducción. Sin embargo, no deja de sorprender cuanta veces "ella es muy intuitiva" o "el actúa por instinto".

En psicología la intuición es el conocimiento que no es producto del método científico, ni se llegó a su comprensión de forma racional pero está allí, existe. Intuir es comprender las cosas instantáneamente sin necesidad de razonamiento. Es la percepción de una idea o verdad que le aparece como evidente a quien la tiene. (RAL)

En la especie humana el cerebro evolucionó a niveles asombrosos del pensamiento complejo y la inteligencia. No obstante, respiramos, hacemos digestión y nuestro corazón late. Como los animales, una parte de nuestro cerebro comanda de manera automática las funciones básicas. En estas áreas se encuentra la vida emocional y las emociones, las cuales a veces, nos "hacen perder la razón". El raciocinio nos permite tomar el control.

El conocimiento y las reglas sociales nos hacen vivir lógicamente y cada vez perdemos más la capacidad de intuir.

Leonardo da Vinci proyectó helicópteros, maquinas para volar, calculadoras, el paracaídas, armas, tanques y hasta el submarino y equipos de buceo.  Cristóbal Colón, entrevió un nuevo mundo. Julio Verne vislumbró súperedificios, automóviles de gas, complejas calculadoras y una "red" mundial de comunicaciones (¿Internet?).

Pareciera que el conocimiento está presente en todo momento y en todas partes. Es como una persona que piensa y actúa acorde a su vida, pero en cada una de sus células está toda la información genética, y todas juntas comenzando con el ovulo y el espermatozoide, siguiendo sus "instintos" y sus códigos, hacen al individuo y lo conforman. Quizás todos los seres formamos parte de una sola conciencia universal y somos sus células. Si nos dejamos llevar por nuestra intuición tal vez podemos encontrar los códigos y la sabiduría de la Divina Providencia.

El sesgo de la disponibilidad presente en como evaluamos nuestras posibilidades de éxito



El sesgo de la disponibilidad es una tendencia a valorar las probabilidades en base a los ejemplos más sencillos que acuden a nuestra mente. Es decir, como los organizadores de la lotería continuamente ensalzan a los ganadores y se olvidan de los millones de personas que han comprado un billete pero han perdido, entonces nuestra mente solo se centra en aquellos que han ganado desechando todos los que han perdido (que, irónicamente, es la inmensa mayoría). Desde este análisis, asumimos que tenemos mayores probabilidades de ganar que de perder.

Lo más interesante es que este sesgo cognitivo no solo se aplica a la lotería sino a muchísimas otras esferas de nuestra vida e incluso afectan nuestro desempeño profesional. Por ejemplo, se ha demostrado que los doctores que han diagnosticado dos casos seguidos de meningitis bacteriana, creen percibir los mismos síntomas en el próximo paciente, incluso si este tiene solamente una gripe y si son conscientes de que es muy poco probable (estadísticamente hablando) diagnosticar tres casos seguidos con la misma enfermedad.


¿Cómo vas a morir?

En los últimos años se han realizado algunos estudios particularmente interesantes dirigidos a evaluar el sesgo de la disponibilidad. En práctica, a las personas se les pedía que respondiesen a una serie de preguntas donde debían analizar cuál sería su causa de muerte más probable.

Por ejemplo, en un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, se apreció que las personas pensaban que tenían más probabilidades de ser asesinadas por la calle que de sufrir un cáncer de estómago. En realidad, tenemos cinco veces más probabilidades de morir de un cáncer de estómago que de vernos envueltos en un tiroteo o morir víctimas de un asalto pero visto que estos últimos eventos tienen una mayor repercusión mediática, nuestra mente tiende a cambiar ligeramente las estadísticas.

Una investigación precedente, realizada en el 1995, también confirma este sesgo. En aquella ocasión se preguntó si existían más probabilidades de ser atacados por un tiburón que de morir en un accidente aéreo. Debemos recordar que por aquellas fechas, sobre todo en los Estados Unidos, se organizó una verdadera pesadilla mediática sobre los ataques de tiburones, por ende, la mayoría de las personas pensó que era más probable morir por un ataque de escualo cuando realmente no es así.

En práctica, cuando algún conocido tiene un accidente de coche, inmediatamente consideraremos que las carreteras son menos seguras aunque realmente no se trate sino de un sesgo cognitivo provocado por el impacto de la emoción. De la misma forma, mientras más memorable y significativo sea un evento, más distorsionaremos las probabilidades de ocurrencia.


Fuentes:
Briñol, P.; Petty, R. E. & Tomala, Z. L. (2006) The Malleable Meaning of Subjective Ease. Psychological Science;17(3): 200-206.
Read, J. D. (1995) The availability heuristic in person identification: The sometimes misleading consequences of enhanced contextual information. Applied Cognitive Psychology; 9(2): 91–121.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Motivo de la celebracion del 25 de noviembre día Internacional contra la Violencia hacia la mujer

 
El 25 de noviembre fue declarado día Internacional contra la Violencia hacia la mujer en el 1ºer. Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá (Colombia) en julio de 1981.

En este encuentro, las mujeres denunciaron la violencia de género a nivel doméstico y la violación y el acoso sexual a nivel de estados incluyendo la tortura y los abusos sufridos por prisioneras políticas.

Se eligió el 25 de noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en manos por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.

Sus cadáveres destrozados aparecieron en el fondo de un precipicio. Para el movimiento popular y feminista de República Dominicana históricamente estas mujeres han simbolizado la lucha y la resistencia.

En 1999, la ONU dio carácter oficial a esta fecha (el 25 de noviembre), en conmemoración de la muerte de las hermanas Mirabal.
 

Canción de "Hogar" de Pedro Guerra.

 
Os voy a hablar de la canción de "Hogar" de Pedro Guerra.
Es una canción con mucho sentimiento. Va de una mujer que sufre mucho por los maltratos que recibe y porque no se siente segura en su propia casa. Todos nos sentimos a salvo en nuestra casa, pero para esta mujer, como para muchas otras, no es así. Le ocurre todo lo contrario, y por eso el titulo de la canción es, irónicamente, hogar.
¿No son terribles los hogares convertidos en infiernos?

  ¿A dónde puedes ir? Si buscas en el diccionario de la RAE la palabra hogar, su cuarta acepción es la de asilo, es decir, "lugar privilegiado de refugio para los perseguidos" y también "amparo, protección, favor". Pero...¿qué ocurre en un país dónde muchas mujeres tienen que buscar refugio fuera del hogar? ¡ Qué contrasentido !
 

 
espero vuestros comentarios cada uno la puede interpretar de forma diferente
me gusto mucho la verdad bonita actividad de clase.

Omar

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