¿Has tenido un día sobrecargado? No trates de relajarte trayendo a tu 
mente ideas felices, simplemente piensa rápido. O al menos así lo 
afirman investigadores de las universidades de Princeton y Harvard.
Este nuevo estudio asevera que los pensamientos acelerados pueden 
mejorar nuestro humor. Pero… ¿en qué se basan para realizar tal 
afirmación? En un total de seis experimentos realizados con 144 
estudiantes universitarios donde estos se sometían a una pequeña 
manipulación de la velocidad de su pensamiento.
Para
 aumentar la rapidez del pensamiento los científicos simplemente le 
pidieron a los participantes que resolvieran problemas matemáticos lo 
más rápidamente posible (aunque la solución no fuese correcta), que 
leyeran una serie de 60 frases que se mostraban en la pantalla de un 
ordenador o que intentaran comprender un filme que se proyectaba en una 
velocidad más rápida de lo habitual. Al contrario, otro grupo de 
personas realizaron las mismas tareas sin la presión del tiempo.
Los
 resultados sugirieron que pensar rápidamente hizo que los participantes
 se sintiesen más exaltados, creativos, enérgicos y poderosos. Así, 
estos investigadores afirman que pensar rápido promueve el buen humor y 
renueva las energías perdidas durante el día. Por supuesto, esto no 
indica que la aceleración del pensamiento sea totalmente positiva ya que
 en trastornos como el desorden bipolar tal rapidez puede generar la 
fuga de ideas y propiciar un episodio maníaco.
Los
 investigadores consideran que el pensamiento de velocidad “normal” 
conduce a la calma y a la meditación mientras que el pensamiento 
enlentecido puede propiciar la aparición de ideas rumiativas y 
depresivas. La razón de las relaciones entre el buen humor y la rapidez 
del pensamiento podrían hallarse en nuestras propias expectativas ya que
 generalmente las personas creen que pensar rápido es un signo de buen 
humor, disparando inconscientemente una reacción del tipo: “si pensamos 
rápido es porque estamos felices”.
No
 obstante, más allá de las razones meramente sociales o psicológicas, 
existen algunos especialistas que hipotetizan que pensar rápido podría 
liberar en el cerebro dosis considerables de dopamina que provocarían la
 sensación de placer referida.
De
 una forma u otra, estos psicólogos piensan que pequeñas manipulaciones 
en la velocidad del pensamiento podría tener amplias repercusiones para 
la terapéutica psicológica y psiquiátrica ya que mejora el humor, la 
autoestima, la creatividad y nos hace sentir más seguros y confiados de 
nosotros mismos.
Fuente:
Pronin, E. & Wegner, D. M. (2006) Manic Thinking: Independent Effects of Thought Speed and Thought Content on Mood. Psychological Science; 17(9): 807-813.







3 comentarios:
El pensar rápido influye positivamente en la producción de "dopamina", que es un neurotransmisor que se encuentra en los conectores nerviosos, que está ansioso de recibir novedades e inmediatamente interviene en las sensaciones de recompensa y placer, es decir que éste impulso de felicidad produce una serie de beneficios, entre ellos aumenta la productividad, mejora las relaciones e incrementa la inmunidad; e incluso, hasta breves momentos de entusiasmo pueden levantar el ánimo.
Interesante la 'dopamina'. Aquí podemos ver que entonces la psicología no dista mucho de la ciencia natural, ¿cierto?
Una buena pregunta para el "Doctor Sal"! :)
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